martes, 22 de enero de 2008

Atardecer en la Capadocia (Turquía)


Si de un país me he enamorado sin esperarlo, ese es Turquía. Antes del viaje, la gente te dice que es peligroso ir por libre, pero, los que dicen eso, es porque nunca han estado allí. La gente es muy amable, un poco irrespetuosos con las mujeres, pero para nada peligroso. Estambul es una ciudad de ensueño, la Capadocia un territorio enigmático, y la costa de Licia un lugar paradisiaco, con sus aguas color turquesa (playa de Kaputas). Una decepción, y una sorpresa, decepción Pamukale, el turismos en masa ha terminado con este maravilloso lugar, secando los manantiales, y convirtiendo un lugar precioso en algo vulgar. Por que tiene el ser humano esta capacidad de destrucción? Porque no somos capaces de ir a un sitio, y dejarlo tal y como estaba?. Sin duda no merece la pena hacer tantos kilómetros para sentir la pena que yo sentí cuando vi en que habían convertido ese lugar tan especial que había visto en fotografías. La sorpresa fue el yacimiento de Phaselis, en la costa de Licia. Es un yacimiento al lado de la playa, y si vais a primera hora de la mañana, os podréis bañar rodeados por las ruinas en unas aguas tranquilas completamente solos, una experiencia increíble.
Me enamoré de Turquía porque es un lugar precioso, me enamoré porque fui con Nina, me enamoré y sigo enamorado.



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